26.1.16

ADIOS AL "SEXO DÉBIL"



¿Te han hecho creer que ser mujer es sinónimo de ser débil? 
Si tienes miedo de ser la “víctima” en tus relaciones o has pensado alguna ves que ser hombre tiene más ventajas y quieres recuperar tu poder como mujer, este artículo te puede dar unas pistas.

Existe un mito que ha hecho mucho daño tanto a hombres como mujeres y las relaciones que establecemos entre nosotros. La idea de que la mujer es el “sexo débil”, aparte del romanticismo que evoca, en realidad es una de las principales causantes de los conflictos entre hombres y mujeres. Esta imagen nos lleva a un punto de relación tipo victima y victimario, en lugar de una relación de compartir entre iguales.

¿SEXOS?

Si decimos: El hombre es fuerte; luego entonces, por “lógica” deducimos que: La mujer es débil. Es verdad que los hombres somos físicamente más fuertes, si nos quedamos con esta imagen física, viviremos en un mundo donde las mujeres son dominadas por los hombres, como en la época de las cavernas… pero ya no estamos en esa época.

¿CÓMO CAMBIAR ESTA IDEA?

Cuando dejamos de hablar de “sexos” y hablamos de “energías” las cosas son completamente distintas.

La energía masculina es fuerte, llamativa, escandalosa, la energía femenina es fuerte, sutil, oculta y al final las dos se complementan.

A estas energías los chinos le llamaban en Ying y el Yang, el psicólogo Carl Jung les llamó el animus y el anima. La energía femenina está representada por la luna, mientras que la masculina por el sol.

EL BRILLANTE SOL Y LA OSCURA LUNA

El mejor ejemplo de cómo funcionan estas energías nos lo da nuestra estrella más cercana y nuestro satélite más grande: El sol y la luna

El sol es grande, llamativo, nos permite desarrollar la razón, la habilidad de contar, la fuerza que sostiene el crecimiento de la vida, el calor, el intelecto. Es imposible que en el día no sepamos dónde está el sol, sólo necesitamos voltear al cielo y ahí lo vamos a encontrar brillando enorme, dando calor a toda la tierra, por eso resulta muy atractivo y nos hace soñar con brillar como él.

La luna, por otro lado, es distinta: es posible que no sepamos dónde está en la noche, que no la podamos ver, y si la vemos, no sabemos cómo la vamos a encontrar: puede estar llena, menguante, puede brillar y alumbrar todo o estar oculta por las nubes. Así es la energía femenina, cambiante, invisible, oscura y cuando hablamos de oscuridad, no necesariamente hablamos de negatividad.

El sol ilumina, calienta, su labor es evidente, por otra parte, la luna parece que no hiciera nada, ni siquiera la vemos, pero su movimiento provoca el cambio de las mareas, es decir, que es capaz de mover todo el océano, la luna influye en el agua de nuestros cuerpos, en nuestros cambios emocionales, en el crecimiento de las plantas, es un enorme poder invisible que es capaz de transformar todo sin que nos demos cuenta. Ese es el silencioso poder de la energía femenina. 

¿DEBIL, DE DÓNDE?

Así estas energías se representan en hombres y mujeres. Si un hombre se enoja con su energía masculina, va a ser explosivo, ruidoso, van a volar sillas, se van a romper puertas de un puñetazo, es decir: todo mundo se va a dar cuenta que está enojado y que se las está cobrando.

Si una mujer se enoja con su energía femenina, parece que no pasara nada, es posible que se quede en silencio, y quien no conozca su poder, pensará que ella perdió la batalla, pero creer eso es como pensar que no existe un huracán sólo porque estás en el tranquilo ojo del huracán. Cuando menos lo esperes, esa “débil mujercita” se habrá encargado de poner todo en contra tuya sin que sepas cómo ni cuando lo hizo.

Por eso es que a los hombres nos da miedo la energía femenina; porque nunca sabes por dónde va a llegar el fuerte golpe de ese sexo débil.  

RETOMA TU FUERZA

Cuando las mujeres están hechizadas con la idea del “sexo débil” y peleadas con querer ser fuertes como los hombres, para no ser débiles y sumisas, no pueden asumir toda la fuerza que vive en ellas.

No quiere decir que no la tengan, quiere decir que la andan disparando sin control.  Cuando una mujer asume todo el poder de su energía femenina, ya no necesita compararse con ningún hombre ni pelearse por tener un lugar o por ser mejor.

Como en las cartas del tarot, ella puede tomar su lugar de Emperatriz al lado del Emperador, sabiendo que no tiene por qué competir con él; ella le da a él algo que él no tiene y viceversa.

Esta consciencia ayuda a evitar las peleas de pareja, los conflictos de familia. Cuando cada quién toma su energía y su lugar, ya no necesita juzgar al otro ni querer hacer lo que le corresponde, entonces puede explotar todo su potencial, su fuerza y su capacidad creadora.



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Marco Navarro





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