A veces me preocupas y quisiera cuidarte, pero me desespera que no escuches, que no hagas lo que te digo. Me quiero ir, me voy a ir, pero es tan difícil, me siento culpable de dejarte, sobre todo viéndote así, tan frágil. Si tan solo me dejaras encargarme de todo, pero siempre tienes un pero a lo que hago, ya no sé cómo convivir contigo y esta situación me esta asfixiando.
Frase
de sanación:
Mamá, madre, mi mamá. Gracias mamá por ser la mujer que me dio mi feminidad. Tú eres mi madre, la grande, tú has vivido el doble de vida que yo y has experimentado cosas que yo no conozco, que ni siquiera sé que las has vivido.
Sé que tu historia no ha sido fácil y lo sé porque la mía tampoco lo ha sido, pero has salido adelante a tu manera mamá. Respeto tu vida y tus decisiones porque todo lo vivido nos ha traído aquí. Renuncio a juzgarte, a quererte cambiar, te tomo tal y como eres. Si alguna vez cargué con lo tuyo y te quise quitar tu lugar, fue por amor y hoy lo lamento mamá.
Me alegra que hayas tomado a mi papá, ustedes son los correctos para mi. Respeto y honro tu destino y tu vida sabiendo que tu puedes con ello porque eres más grande y más fuerte que yo. Por favor mírame como tu hija. Yo soy la pequeña y tú la grande, tu das y yo recibo. Tú eres la única mujer que me pudo dar el regalo más grande: mi vida. Tomo esa vida al precio que a ti te costó y que a mi me cuesta. Gracias mamá, mi madre, la indicada para mi.
Mamá, madre, mi mamá. Gracias mamá por ser la mujer que me dio mi feminidad. Tú eres mi madre, la grande, tú has vivido el doble de vida que yo y has experimentado cosas que yo no conozco, que ni siquiera sé que las has vivido.
Sé que tu historia no ha sido fácil y lo sé porque la mía tampoco lo ha sido, pero has salido adelante a tu manera mamá. Respeto tu vida y tus decisiones porque todo lo vivido nos ha traído aquí. Renuncio a juzgarte, a quererte cambiar, te tomo tal y como eres. Si alguna vez cargué con lo tuyo y te quise quitar tu lugar, fue por amor y hoy lo lamento mamá.
Me alegra que hayas tomado a mi papá, ustedes son los correctos para mi. Respeto y honro tu destino y tu vida sabiendo que tu puedes con ello porque eres más grande y más fuerte que yo. Por favor mírame como tu hija. Yo soy la pequeña y tú la grande, tu das y yo recibo. Tú eres la única mujer que me pudo dar el regalo más grande: mi vida. Tomo esa vida al precio que a ti te costó y que a mi me cuesta. Gracias mamá, mi madre, la indicada para mi.
Había
una vez:
Una gran roca se desprendió de otra roca gigante que a su vez se había desprendido de una enorme montaña. Las dos estaban hechas del mismo material que la montaña, sin embargo, al desprenderse, ya no eran la montaña, ni la gran roca era la roca gigante, cada una tenía su espacio y su forma aunque compartieran la misma fuerza de la montaña.
Probablemente de la gran roca, mañana se desprenda otra roca un poco más pequeña que la anterior y así sucesivamente hasta que el polvo más fino del último desprendimiento les recuerde que en el fondo son lo mismo, pero las más grandes sostienen a las más pequeñas. Ese es el orden de la tierra.
Una gran roca se desprendió de otra roca gigante que a su vez se había desprendido de una enorme montaña. Las dos estaban hechas del mismo material que la montaña, sin embargo, al desprenderse, ya no eran la montaña, ni la gran roca era la roca gigante, cada una tenía su espacio y su forma aunque compartieran la misma fuerza de la montaña.
Probablemente de la gran roca, mañana se desprenda otra roca un poco más pequeña que la anterior y así sucesivamente hasta que el polvo más fino del último desprendimiento les recuerde que en el fondo son lo mismo, pero las más grandes sostienen a las más pequeñas. Ese es el orden de la tierra.
Fragmento del libro "El Mago que olvidó su poder (Frases y cuentos para sanar el alma)" de Marco Navarro.
Gracias por compartirlo.
Marco Navarro
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