Casi todos nos hemos sentidos lastimados en algún momento de
nuestra vida; se diría que sufrir por otras personas es una condición humana
inevitable.
Ya sea el regaño o la indiferencia de nuestros padres, la traición de nuestra pareja, la falta de atención de nuestros hijos o ese enemigo o enemiga que ha decidido hacer de tu vida una miseria. Es difícil no tener un “victimario” en la historia de tu vida que te haya lastimado.
Ya sea el regaño o la indiferencia de nuestros padres, la traición de nuestra pareja, la falta de atención de nuestros hijos o ese enemigo o enemiga que ha decidido hacer de tu vida una miseria. Es difícil no tener un “victimario” en la historia de tu vida que te haya lastimado.
Muchas de estas “heridas” las sufrimos en la infancia; en
ese entonces no teníamos recursos o herramientas para salir adelante, nuestra
resiliencia no estaba reforzada.
Para que esas heridas no acabaran con nosotros, aprendimos a protegernos con distintas clases de corazas o armaduras: rencor, resentimiento, sarcasmo sobrepeso, desarrollo de los músculos del cuerpo. Y el peor de todos: volvernos victimarios de otros.
Para que esas heridas no acabaran con nosotros, aprendimos a protegernos con distintas clases de corazas o armaduras: rencor, resentimiento, sarcasmo sobrepeso, desarrollo de los músculos del cuerpo. Y el peor de todos: volvernos victimarios de otros.
Al crecer es casi inevitable que vivamos eventos que tocan
el dolor y nos lleven a repetir una y otra vez esa guerra entre victimas y
victimarios.
Es como si ese evento original se hubiera grabado en
nuestras neuronas y lo repitiéramos una y otra vez, es decir, como si
pusiéramos una película y la repitiéramos una y otra vez, sufriendo porque ya
estamos cansados de ver lo mismo tantas veces, pero nos olvidamos que nosotros
fuimos quienes elegimos la película y decidimos repetirla.
Todo lo que sucede alrededor de nosotros es un reflejo de
aquello que “vive” dentro de nosotros.
Nadie me puede hacer nada que no me haya hecho yo primero.
Nadie me puede lastimar si yo no estoy en ese canal.
Es como la televisión; si quiero ver noticias, tengo que sintonizar en el canal de noticias, si quiero programas infantiles, necesito hacer lo mismo. El problema es que nos olvidamos que nosotros tenemos el control y podemos cambiar de canal cuando ya no nos gusta lo que estamos viendo-viviendo.
Es como la televisión; si quiero ver noticias, tengo que sintonizar en el canal de noticias, si quiero programas infantiles, necesito hacer lo mismo. El problema es que nos olvidamos que nosotros tenemos el control y podemos cambiar de canal cuando ya no nos gusta lo que estamos viendo-viviendo.
Cuando te sientas victima de alguien, hay algo que puedes
hacer para evitar quedarte en ese lugar que te debilita. Si tu pensamiento es:
- Me lastimaste… Es
útil preguntarte: ¿En qué me he lastimado a mi mism@?
- Me manipulaste… ¿En qué cosas no soy honest@ conmigo?
- Me traicionaste… ¿En que momento he pasado sobre mi sin respetarme?
- Me engañaste… ¿Qué es lo que no quiero ver de mi ni de ti?
- Me abandonaste… ¿Cuándo dejé de mirarme y de ponerme atención?
- Me agrediste… ¿De qué coraje violento mío no me hago responsable?
Estas preguntas son poderosas para hacernos responsables de
nuestras elecciones. Es maravilloso salir del lugar de victima donde no tengo
recursos y estoy a merced de la vida y de los otros.
Entrar en el lugar de persona responsable de su vida empodera y mejora tu vida en todos los ámbitos: familiar, laboral, pareja, etc.
Entrar en el lugar de persona responsable de su vida empodera y mejora tu vida en todos los ámbitos: familiar, laboral, pareja, etc.
Culpar a los demás por nuestro sufrimiento tiene, a la
larga, un precio muy alto: perder nuestra fortaleza y dignidad.
Hacernos responsables de nuestras decisiones conscientes e
inconscientes no es fácil pero tiene una ganancia: Empoderarnos y ser libres.
No podemos evitar lo que los otros “pretenden hacernos” pero
si podemos cambiar nuestra forma de ver las cosas y tomar lo que nos dan. Podríamos
pensar que en realidad, nadie nos lastima.
#MarcoNavarro
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